lunes, 24 de diciembre de 2012





 Molino de viento


Un molino de viento, es una máquina que sirve para moler utilizando la fuerza del viento. Por extensión el término molino se aplica coloquialmente (e impropiamente) a los mecanismos que utilizan la fuerza del viento para mover otros artefactos, tales como una bomba hidráulica o un generador eléctrico.

El molino de viento clásico consiste en una estructura de piedra de forma cilíndrica o troncocónica, de base circular, en la que se apoya una parte superior independiente, con las aspas que transforman la energía del viento (eólica) en energía mecánica (movimiento). Esta parte superior (que además sirve de cubierta) es un entramado de madera que podía girar sobre el tambor de piedra para orientar las aspas según la dirección del viento, mediante un largo madero (gobierno) fijo a la cubierta y exterior al edificio, que se podía amarrar a unos hitos anclados al suelo.

En la parte superior del edificio, bajo la cubierta, hay unos ventanucos que servían para que el molinero supiera la dirección del viento y, en consecuencia, pudiera orientar las aspas como mejor convenía con el gobierno.

Las aspas mueven un engranaje (linterna), que engrana con una rueda horizontal (catalina), y trasmiten el movimiento del eje de las aspas a un eje vertical, que mueve la volandera.

Sobre las aspas se disponían unas lonas para recibir el viento, que se retiraban cuando no era necesario el movimiento, con lo que se aumentaba la duración de los mecanismos, que eran generalmente de madera y por lo tanto muy propensos al desgaste. En otros molinos, como en los de Cartagena, no hay aspas propiamente, sino solamente lonas, en forma de vela triangular, que se enrollaban en el palo del aspa, cuando no eran necesarias

El mecanismo de molienda, generalmente constaba de una piedra circular fija, llamada solera, que podía llegar a tener un diámetro superior a 8,50 metros y 80 a 120 cm de espesor, sobre la que se movía otra de forma semejante (volandera). En otros casos, la piedra móvil podía ser más pequeña, de forma troncocónica que al girar seguía la forma de la solera; en este caso se llama muela. Podía haber dos y hasta tres muelas sobre la solera y funcionaban mejor que la volandera porque tenía menos rozamiento.

El grano se vertía por un agujero central de la volandera y el polvo molido salía por los bordes, donde se recogía. Una vez molido el grano (de cualquier cereal) y reducido a harina, se utilizaba el cemedor, que era un cilindro con varias secciones de malla de cedazo, cada una con un tamaño de paso distinto, que se hacía girar mientras la harina pasaba por su interior, dejando pasar cada sección harina de mejor calidad (harina de flor) a peor (más fina a más gruesa) y finalmente el salvado, que es la cascarilla del grano molida.

Según lo que se fuese a moler en la región donde se instalaba el molino, se tallaban las piedras con un dibujo diferente. Así, existe un tallado determinado y diferente para moler trigo y cebada, o bien maíz, o centeno.

Los molinos más conocidos son los de la Mancha, gracias a Don Quijote, pero los había por todas partes aunque muy especialmente en España, donde las corrientes de los ríos no eran tan importantes como en otros países europeos, para poder utilizar la energía hidráulica.






domingo, 23 de diciembre de 2012


La Laguna del Campillo
El origen de la laguna es artificial, debido a la extracción de áridos (grava y arena) en el sudeste de Madrid para el sector de la construcción durante los años 60. En este lugar el nivel freático está cerca de la superficie, por lo que la extracción de áridos produjo el afloramiento de aguas subterráneas de forma inmediata. La extracción finaliza a principios de los 80 iniciándose un proceso natural de colonización vegetal. Desde 1990 se realizan actuaciones para su acondicionamiento educativo, recreativo y conservacionista.

La laguna del Campillo se localiza en el término municipal de Rivas-Vaciamadrid, encajada entre el río Jarama y los cortados yesíferos de El Piul, cerca del km. 21 de la Nacional III, también hay lagunas en las poblaciones vecinas como Arganda del Rey, Mejorada del Campo, Velilla de San Antonio.

La laguna se encuentra en la margen izquierda del río Jarama antes de su confluencia con el Manzanares, a unos 560 m de altitud. De forma alargada, con su eje mayor en dirección Este-Oeste, con 1.500 m de longitud y 400 m de anchura máxima, está situada sobre la llanura aluvial del Jarama en depósitos formados por arcillas grises, margas yesíferas y yesos.

La zona por la que discurre la senda queda encuadrada dentro del Parque Regional del Sudeste, lo que implica una limitación de los usos del territorio. La laguna se localiza dentro de una zona calificada como reserva natural (zona B) por la ley del Parque Regional, ya que en ella pueden fomentarse las actividades educativas, culturales o de esparcimiento. Los cortados yesíferos se incluyen como zona A o de reserva integral, con mayores medidas de protección y limitaciones de uso más estrictas, para evitar molestias a la avifauna que nidifica en ellos.

En la laguna del Campillo y su entorno, la plataforma superior está definida por los yesos, que se constituyen en un nivel de sustitución del antiguo páramo calizo, actualmente desaparecido por erosión. Al norte de la laguna, la disolución de los yesos deriva en fenómenos kársticos. La verticalidad de este cantil yesífero solo se reduce, a veces, debido a los depósitos coluvionares de sus derrumbes. Por el contrario, al sur de la laguna, la vega es más suave debido a la articulación de las terrazas fluviales con la superficie ondulada de la campiña yesífera.

Parte de la vegetación de la laguna es natural, pero otra parte ha sido introducida por el hombre para la recuperación del terreno. Se pueden observar dos especies herbáceas dominantes: el carrizo (Phragmites australis) y la espadaña o enea (Typha latifolia). En algunos puntos aparece el junco churrero (Scirpus holoschoenus) y en otras partes se encuentra la caña común (Arundo donax).

Actualmente, este ecosistema de carrizales está sufriendo una continua regresión en Madrid, debido a la fuerte presión que ejerce el hombre sobre las zonas húmedas. En el borde de la laguna se observan bastantes sauces, esta sauceda es muy importante porque gracias a su potente sistema radicular evita en gran medida la erosión del agua en las orillas de la laguna.

Catalogada como zona húmeda de importancia nacional para las aves acuáticas, en la laguna del Campillo se han encontrado hasta 43 especies diferentes de aves acuáticas (ánades, zampullines, gaviotas, porrones, garzas, cormoranes, etc.). En la época de reproducción el número y diversidad de estas aves disminuye, porque las orillas no reúnen las condiciones ideales para la cría. Frente a la laguna, hacia el sur, al otro lado de la autovía y sobre las antenas de Radio Nacional, se pueden observar nidos de cigüeñas que en ocasiones se acercan a la laguna para alimentarse.

En la laguna hay algunas especies de peces (tenca, barbo, carpa, black-bass y lucio), reptiles y diferentes mamíferos: musaraña común, rata campestre, ratones, topillos, conejos, etc.

El río Jarama ha sido el principal agente modelador del paisaje en la zona, con dos acciones diferentes: el efecto erosivo que ha propiciado su encajamiento con la formación de terrazas, y de otra, el depósito de materiales aluviales que han originado las fértiles tierras de vega.




 

domingo, 16 de diciembre de 2012




El edificio Carrión es posiblemente el edificio más importante que se construyó en Madrid en la década de 1930. Promovido a través de un concurso arquitectónico, por Enrique Carrión, marqués de Nelín. Se ubicó sobre un solar con dos fachadas en esquina y dos laterales ciegos, al comienzo del tercer tramo de la Gran Vía, entonces llamada Avenida de Eduardo Dato.
Este original edificio se debe a los arquitectos Luis Feduchi Ruiz y Vicente Eced y Eced, ganadores del concurso, quienes lo construyeron entre 1931 y 1933, desarrollándolo, como un complejo multifuncional de dieciséis plantas. De hecho, en su interior se dispuso un hotel residencia por apartamentos, una sala de fiestas, un restaurante, un bar americano, cafeterías, e incluso una fábrica de Selz, además del conocido cine Capítol con capacidad para 1900.

En la época en que se presentó el concurso convivían en la arquitectura madrileña diversas tendencias: el academicismo y clasicismo con el tradicionalismo moderado, el racionalismo, expresionismo y Art Decó y los proyectos presentados al concurso así lo demostraron

El solar hacía ver que la solución más adecuada era un planteamiento en forma de chaflán. Se utilizan materiales como mármol y granito; la decoración y los muebles corrieron a cargo de la firma Rolaco-Mac (empresa en la que posteriormente trabajaría Luis Feduchi). Pero lo más destacado en su época fueron los adelantos tecnológicos que incorporaba, como el uso innovador de vigas de hormigón tipo Vierendeel, la utilización de telas ignífugas, o el sistema de refrigeración, el primero centralizado de Madrid y que ocupaba toda una planta.

El 21 de abril de 1931 se concedió la licencia para las obras. La Sala de Espectáculos del Cine Capítol se inauguró el 15 de octubre de 1933. En la prensa de la época se le tilda de edificio comercial. Se emplearon 30 meses para construir este complejo edificio plurifuncional. La situación económica del país era delicada, tanto es así que durante su edificación era el único que se ejecutó en la capital.

Recibió el Premio Ayuntamiento de Madrid de 1933 y la Medalla de Segunda Clase en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1934.

Durante la Guerra Civil Española, y para la defensa de Madrid, su azotea fue empleada como observatorio avanzado.

En el año 2007, se terminó una total rehabilitación que eliminó todos los anuncios publicitarios de su fachada, conservándose sólo el de Schweppes y uno más moderno de la compañía de telefonía móvil Vodafone en la azotea, esta rehabilitación fue dirigida por el arquitecto Rafael de la Hoz.

El edificio se constituye en el icono reconocible de todo un siglo de arquitectura española. Comentando su parecido con el edificio Flatiron de Nueva York. El edificio logró ser el emblema del Madrid moderno y su imagen aerodinámica inspiró a otros arquitectos en capitales españolas. El anuncio luminoso de neón de la marca Schweppes, que se mantuvo en la rehabilitación de la fachada, situado en las plantas superiores es uno de los símbolos de la Gran Vía y de la ciudad y ha aparecido en numerosas películas españolas, una de las apariciones más famosas fue, El día de la Bestia, dirigida por Álex de la Iglesia.



sábado, 15 de diciembre de 2012

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Edificio Metrópolis

Una de las principales reformas urbanísticas que se produce en la ciudad de Madrid durante las primeras décadas del siglo XX es la construcción de la Gran Vía como eje que enlazaría los barrios de Salamanca y Argüelles. En 1905, la Compañía de seguros La Unión y el Fénix convocó un concurso internacional entre arquitectos españoles y franceses para la construcción de su sede. El concurso fue ganado por los arquitectos franceses Jules y Raymond Fevrier, quienes empezaron las obras en 1907, aunque fue el arquitecto español Luis Esteve quien las finalizó en 1910, siendo inaugurado el 21 de enero del año siguiente.
Previamente, la compañía había adquirido para tal efecto el terreno liberado durante la construcción de la Gran Vía, al derruirse la conocida popularmente como "Casa del Ataúd", llamada así por lo estrecho del solar en donde se ubicaba, entre las calles de Alcalá y del Caballero de Gracia.

Este edificio abre esta importante artería madrileña. Se trata de un claro exponente del estilo Segundo Imperio francés, destacando el torreón, coronado por una cúpula de pizarra con incrustaciones doradas, que por su semejanza con el casco de los bomberos se denomina "estilo Pompier" (bombero en francés).

En el segundo piso se situó una bonita rotonda de parejas de columnas corintias que sostienen un tercer piso decorado con estatuas y grupos artísticos alegóricos del Comercio, la Agricultura, la Industria y la Minería, obras de Saint -Marceaux, Mariano Benlliure, Landousky y Lambert. Su cúpula, estuvo coronada en un principio por un ave fénix que simbolizaba la compañía de seguros.

A principios de los años setenta, la Unión y el Fénix, vendió el edificio a sus dueños actuales, la aseguradora «Metrópolis». Los nuevos propietarios decidieron llevarse la estatua (que ya era un elemento familiar del paisaje madrileño) a su edificio en el Paseo de la Castellana. Finalmente, la estatua fue reemplazada por otra que representa la Victoria Alada, de Federico Coullaut Valera; el Fénix original se encuentra ahora en el moderno Edificio La Unión y el Fénix Español.

La altura del edificio es de 45m., consta de 6 plantas y 2 sótanos.

Se asume habitualmente qué Gran Vía comienza en el Edificio Metrópolis. Sin embargo, su dirección exacta es Calle de Alcalá 39.









domingo, 9 de diciembre de 2012


Las Casas Voladas de Cuenca

Se las conoce como Las Casas Colgadas, aunque erróneamente. Realmente son las Casas Voladas, o Casas del Rey.

Es un conjunto de edificios civiles situados en Cuenca. En el pasado era frecuente este elemento arquitectónico en el borde este de la ciudad antigua, situado frente a la hoz del río Huécar, aunque hoy sólo perduran una pequeña parte de ellas. De todas, las más conocidas son un conjunto de tres de estas estructuras con balcones de madera.

De origen incierto, aunque algunos autores hablan de origen musulmán  y otros medieval, se tiene constancia de su existencia ya en el siglo XV. A lo largo de su historia han pasado por diversas remodelaciones, siendo la más reciente la realizada durante la década de los años 20 del siglo XX.

Han sido utilizadas como viviendas de uso particular y Casa Consistorial, aunque actualmente alojan un mesón restaurante que fue fundado por Pedro Torres, premio nacional de gastronomía;  y el Museo de Arte Abstracto Español, se puede visitar la colección que hay en su interior, de esculturas y pinturas de varios artistas españoles de la generación abstracta de los años 50 y 60, que configuraron algunas de las tendencias abstractas más significativas del arte en España a mediados del siglo XX.